El método Ferber: cómo hacer dormir a su bebé
A continuación presentamos este método para cambiar las costumbres ha tenido una excelente acogida entre las madres de todo le mundo: Fue desarrollado por Richard Ferber en su Centro Infantil del Sueño de Boston, Massachussetts. Su libro ha pasado de mano en mano, de madre a madre, junto con ropita prestada o de segunda mano para los bebés. Si hablo del tema con madres amigas mÃas de Canadá, oigo ; a menudo expresiones como: «SÃ, claro, con el paso de los años : yo ya he ferberizado a mis hijos unas cuantas veces. Ya sabes, después de una enfermedad o un viaje de varios dÃas, cuando se habÃa quebrado toda rutina tenÃamos que empezar de nuevo. Siempre funcionaba con rapidez. Nunca hubo problemas gracias a este fantástico método».
El método Ferber es relativamente fácil de poner en práctica. No exige que los padres dejen gritar a sus hijos sin vigilarlos y, por esta razón, es posible aplicarlo sin ninguna dificultad. Cuando el niño llora —cosa muy normal—, los padres van a verlo con regularidad para que no se sienta solo y abandonado. El niño recibe dedicación sin sufrir ningún trauma. Se reacciona con comprensión y tolerancia a sus gritos de protesta, pero como no consigue lo que quiere no persevera en sus malos hábitos. Al cabo de muy pocos dÃas el «tratamiento» se puede dar por finalizado y el bebé duerme felizmente de un tirón.
Cómo funciona el nuevo plan para dormirse
- Establezca un dÃa para que el niño deje de recibir las «ayudas» habituales. El pecho, el biberón o los paseos en brazos —si estaba acostumbrado a ellos para dormirse— los recibirá a partir de ese dÃa un poco antes. Lo importante es evitar que entretanto se duerma.
- El primer dÃa, mientras lo acuesta, puede explicarle lo que cambiará a partir de ese momento, pues ya es lo bastante mayor para dormirse solo. Aunque su hijo no tenga más de un año y no entienda sus palabras, puede interpretar a su manera de qué se trata. Entiende que usted sabe exactamente lo que hace, que no hay posibilidad de «espacio para negociar», pero siente su amor y dedicación.
- Para dormirlo, acuéstelo en su cuna mientras aún esté despierto. Allà ya lo espera su peluche o su «trapito». Después de dejarlo bien tapado, acariciarlo y darle un beso de despedida en una última y breve ceremonia de buenas noches, en la cual participe también el peluche, abandone la habitación.
- En cuanto usted abandone la habitación, su hijo empezará seguramente a llorar con fuerza. Si ya es mayor, se pondrá de pie en la cuna y empezará a llamarla a gritos. No tiene nada de raro: no está acostumbrado a estar despierto solo en su cama. Y pretenderá conseguir que usted haga lo que acostumbra a hacer. Pero usted ya no lo hará más LimÃtese a acercarse a él un instante cada pocos minutos.
- Los minutos que deba tardar cada vez en acercarse al niño los habrá decidido de antemano. Espere exactamente los minutos que haya decidido con el reloj en la mano. Si lo hiciera sencillamente «de manera intuitiva», un minuto le parecerÃa una eternidad.
- Mientras su hijo siga llorando, acérquese a él una vez transcurrido el tiempo de espera. No lo saque de la cuna por ningún concepto. DÃgale algo dulce en un tono tranquilo: «Ahora estás triste y enfadado, pero no pasa nada. Yo te cuido, ya sabes que te quiero mucho. Ya es hora de dormir hasta mañana por la mañana. FÃjate, tu osito quiere dormir». Puede acariciar un poco al niño, acostarlo y taparlo, si se habÃa puesto de pie. Sólo lo debe hacer una vez y sin violencia.
- Independientemente de cómo reaccione su hijo, nunca se quede más de dos minutos en su habitación. Piense que si no entra es para tranquilizar a su hijo o para ayudarle a dormir. Usted quiere darle la oportunidad de que aprenda a dormirse solo. Si entra, es para mostrar a su hijo que no está solo en el mundo y para ver usted misma que todo continúa en orden.
- Algunos niños se tranquilizan, pero otros todavÃa se enfadan más mientras el padre o la madre están con él. Según las reglas de la Terapia del Comportamiento (en la cual se basa este método), lo correcto es quedarse menos rato cuanto más se enfade el niño. Pero tampoco se quede más rato con él si se tranquiliza. No es oportuno que se duerma mientras usted está en la habitación.
- Alargue el tiempo de espera entre las cortas visitas, siguiendo su propio esquema. Con una excepción: si tiene la impresión de que su hijo empieza a tranquilizarse es conveniente esperar un poquito más, aunque el tiempo de espera ya haya pasado. Si le parece que entrar en la habitación en ese momento podrÃa ser un impedimento para que el niño se tranquilizara y durmiera, debe usted esperar. En cualquier momento puede decidir acudir a él. Repita regularmente las breves visitas hasta que su hijo se haya dormido por fin.
Lo que aprende su hijo con este sistema
Con su conducta, usted está procurando que su hijo tenga repetidamente experiencias concretas:
- «Mis padres me quieren pero hacen lo que ellos consideran correcto.»
- «Si grito más, no por eso se quedan más tiempo a mi lado.»
- «Aunque utilice todas mis fuerzas no me sirven en absoluto para conseguir lo que yo quiero; asà que no vale la pena.»
Su hijo se da cuenta de que protestar no vale la pena. Está cansado, y, en consecuencia, pronto su necesidad dé dormir será más fuerte que su decepción al no conseguir lo que tiene por costumbre. Ahora se dará cuenta de otra cosa muy importante: está durmiendo solo en su cuna.
Al cabo de poco tiempo, esta nueva experiencia hará desaparecer los antiguos hábitos. Se irá acostumbrando a la nueva sensación de dormir. En ese momento ya no se asustará cuando esté medio dormido por la noche; sus sentidos ya no dispararán la señal de alarma.
Le harán saber que todo continúa igual que cuando se durmió. Puede, pues, seguir durmiendo tranquilo.
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Categoría: Consejos para Mamá.
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