La familia y el rendimiento escolar


El autoconcepto y la autoestima se desarrollan en el niño y la niña como consecuencia de la interacción que mantiene con el mundo que los rodea. El niño se conoce a sí mismo y se valora en la medida que es aceptado y valorado por los demás. Las opiniones de sus profesores y de sus compañeros tienen un papel muy significativo en la formación de su identidad. Mientras más positivas y enriquecedoras sean sus experiencias, más positiva será para la autoestima del niño o niña. En el caso de niños con problemas de rendimiento, estas experiencias suelen estar cargadas de negatividad, anotaciones, malas notas, castigos, llamadas de atención y quejas del sistema escolar a los padres.

El colegio tiene para el niño una importancia similar a la que representa el trabajo para el adulto. Es una fuente en que se evalúa continuamente su rendimiento y su comportamiento, recibiendo retroalimentación que afecta su estima personal.

La familia y el rendimiento escolar Psicología y Psiquiatría

Las notas escolares en la percepción del alumno constituyen una valoración de su persona y no solo una evaluación de su rendimiento. Las evaluaciones escolares pueden producir alteraciones en su valoración personal, afectándola positiva o negativamente. Como plantean Kindlon y Thompson (2000), en su libro Educando a Caín: Lo más importante, el principio básico que debiera guiar a todo padre, es mantener intacta la autoestima de su hijo durante toda su vida escolar. Es ahí donde puede llegar a peligrar su éxito y su salud mental. Una vez que termine el colegio, el mundo será diferente. Encontrará un nicho donde no ser muy bueno en ortografía o haber aprendido a leer a los 8 años ya no tendrá importancia. Pero si comienza a odiarse a sí mismo porque no hace bien sus tareas escolares, caerá en un pozo del que tratará de salir por el resto de su vida.

Seligman (1995), un autor que ha escrito sobre el tema de la identidad personal, se ha referido en sus textos al desarrollo de la autoestima, planteando que no basta con trabajar sobre sentimientos de valía de la persona, sino que es necesario lograr que sea competente en lo que se propone. Por lo tanto, el mejoramiento de la estima personal tiene como desafío necesario el aumentar competencias y habilidades positivas, de manera que los niños y niñas logren lo que se proponen tanto en lo académico como en el plano social.

Cualquier comentario o reacción positiva o negativa que los niños perciben de los adultos, quedan grabados en su memoria emocional. Lo que el niño aprenda desde pequeño acerca de sí mismo, crea filtros para interpretar los sucesos que le rodean y para procesar los pensamientos y sentimientos que otras personas pueden tener hacia ellos.

Por ejemplo, Eugenia, quien cuando pequeña tuvo algunas dificultades de aprendizaje que hicieron que su vida escolar fuera vivida como una experiencia de fracaso; además, fue maltratada psicológicamente por sus padres a raíz de su bajo rendimiento. Ella presenta actualmente una extrema vulnerabilidad a la crítica. Cualquier observación, por más pequeña que sea, desencadena en ella una sobrerreacción que ha dañado con frecuencia sus relaciones de trabajo, amistad y de pareja.

Cuando el colegio es una experiencia positiva que los niños perciben que pueden enfrentar con sentimientos de seguridad y de competencia, se genera un buen nivel de autoestima académica. Los éxitos y los logros que el niño o la niña vayan teniendo les darán energía y motivación para querer continuar estudiando y aprendiendo. El colegio se transformará en un lugar donde a pesar de tener que hacer esfuerzos, se encuentra reconocimiento por lo logrado y donde es posible crecer y aprender en una atmósfera de aprobación. Si por el contrario la experiencia escolar es percibidapor el niño como sembrada de obstáculos, dificultades casi insuperables y fracasos frecuentes, ello tendrá un impactonegativo en su autoestima académica y tenderá a etiquetarse de flojo, etiqueta de la que es muy difícil liberarse posteriormente. De esta forma, disminuirá su motivación por el estudio, habrá una asociación de aprendizaje con angustia y con sentimientos de incompetencia, que lo llevará a evitar la situación de estudio o a enfrentarlas con un nivel de ansiedad que sin duda interferirá en su aprendizaje.

Si además la familia, como suele suceder con frecuencia, asume en respuesta a las dificultades escolares una actitud castigadora y represiva, frente a los problemas del hijo, sean estos conductuales o académicos, refuerza el rechazo del niño al colegio. Este rechazo se origina por dos razones: primero, porque «le va mal» (que ya es razón suficiente); y segundo, porque sus resultados escolares deterioran la relación con su familia. A través de estas experiencias, se va configurando en el niño una imagen de sí mismo como mal estudiante y/o poseedor de una personalidad conflictiva, lo que no ayuda a superar las dificultades, sino solo a agravar el problema, creándose un círculo vicioso.

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Categoría: Psicología y Psiquiatría.




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