Factores importantes para el desarrollo de una autoestima positiva de los niños


Un elemento significativo en el desarrollo de la autoestima lo constituyen los «sí mismos posibles». Ellos son autorrepresentaciones de concepciones del sí mismo en estados futuros (Markus y Nurius, 1986). Son sí mismos ideales, de lo que nos gustaría ser, de lo que podríamos ser y de lo que tendríamos miedo de ser. Implican un sentimiento de proyección personal a futuro.

Para Markus y Nurius (1986), los sí mismos posibles pueden ser vistos como la manifestación cognitiva de metas, aspiraciones, motivaciones y amenazas. Son un reflejo de la esencial relación entre autoconcepto y motivación, entregando una señal de como la persona percibe su potencial y su futuro. Un niño que de pequeño quiere ser veterinario se preocupará por el bienestar de los animales que conoce; quien quiere ser constructor trabajará concentradamente con sus legos; quien anhela ser cantante andará por la casa entonando canciones y practicando pasos de bailes; quien se imagina como pintor portará siempre su cuaderno de dibujo.

La mayoría de estos sí mismos posibles son resultado directo de una comparación social, en la cual los propios sentimientos, pensamientos, características y conductas del individuo han sido contrastadas con las características de otros.

Los sí mismos posibles son importantes, porque funcionan como incentivos para la conducta futura y proveen un contexto evaluativo e interpretativo de la visión de sí mismo. Es decir, los atributos, habilidades y acciones del sí mismo no son evaluados aisladamente, sino en función del contexto.

Factores importantes para el desarrollo de una autoestima positiva de los niños Consejos para Mamá

Recuerde que uno de los factores importantes para el desarrollo de una autoestima positiva es fomentar los intereses de los niños. Es beneficioso también el enriquecerlos a través de nuevas experiencias y afirmaciones como la siguiente: «Estoy seguro de que serás un gran científico», «estoy seguro de que ayudarás a muchas personas».

Ofrézcale muchas oportunidades para conocer distintos tipos de actividades, oficios y profesiones, sin limitarlas por las expectativas de lo que usted quisiera que fuera cuando sea mayor. Los medios de comunicación entregan imágenes sobrevaloradas de algunas actividades, como la de futbolistas y modelos, siendo tarea de los padres mostrar nuevos modelos como enfermero, arquitecto, carabinero, campesino, explorador, escritor, constructor, abogado, bombero, periodista, profesor, inventor, vendedor, actor, entre muchísimos otros. Los sí mismos posibles han de ser múltiples y evidentemente su hijo no será todas aquellas que hoy imagina, y quizá de adulto se dedique a algo totalmente a lo que alguna vez imaginó. La exposición a estos modelos permitirá al niño comprender en qué puede utilizar sus habilidades concretamente y el valor de esforzarse en el desarrollo de ellas.
Aunque los sí mismos posibles que se construyan los niños sean contradictorios, porque son muchos o muy ambiciosos, no es recomendable negarlos, discutirlos y por supuesto, mucho menos desvalorizarlos.

La madre de Andrés, un niño con dificultades severas en la autoestima producto de su rendimiento escolar, le decía: «Cómo pretendes ser médico como tu abuelo, con las notas que tienes. Para ser médico hay que ser una persona inteligente y estudiosa». Sin duda la madre de Andrés, que lo quería mucho, pretendía motivar al niño a través de un realismo desesperanzador, pero solo logró insegurizarlo, descalificarlo, desanimarlo y obviamente generó muchos sentimientos de hostilidad hacia ella.

Se sabe que las expectativas que los adultos tienen respecto a los niños es determinante en su desempeño. Existe un efecto llamado Pigmalión que consiste en que lo que uno piensa sobre las personas influye significativamente en lo que las personas llegan a ser, constituyendo una profecía autocumplida.

Ilusiones y autoestima

Un concepto asociado a los sí mismos posibles es el de las ilusiones. Los niños, igual que los adultos, para tener energía necesitan algo que les parezca realmente importante por delante.

Conocer y conectarse con las ilusiones de los niños, crea un importante vínculo emocional entre padres e hijos. Si además los padres asumen una actitud de validar esas ilusiones, le entregarán un mensaje confiado en sus capacidades de lograrlo, favoreciendo en el niño una sensación de autoeficacia, que es uno de los ingredientes esenciales de la autoestima.

A veces los padres, en un enfoque que estiman realista, truncan las ilusiones de sus hijos, disminuyendo la confianza en su capacidad de lograr sus sueños. Esta actitud «realista» tiende a deteriorar la relación con la persona que le entrega un mensaje pesimista acerca de sus limitaciones que destruyen sus sueños.

Compartir con los niños los sueños que se tuvieron en la infancia, constituye un espacio enriquecedor y de cercanía afectiva con la propia infancia.

Mauricio, padre de Constanza, de 8 años, le contó que cuando pequeño una de sus grandes ilusiones era viajar en tren por otro país. Por eso cuando empezó a trabajar; juntó dinero durante un año y pudo cumplir su sueño de viajar por tres semanas en tren. Le contó que muchas veces viajaba de noche para ahorrarse el hotel y así pudo conocer más. A su vez, Constanza le comentó que a ella le gustaría ir a vivir en un lugar donde hubiera nieve y cuando sea grande ser una cantante muy famosa. El papá aprovechó la ocasión para comentar el buen oído y la buena voz que tenía Constanza y que había que buscar formas que ella pudiera cumplir sus sueños. De esa conversación, Constanza salió fortalecida y con la idea clara de que para cumplir los sueños es necesario trabajar y así fue como empezó con sus clases de canto.

Los padres que validan los sueños de los niños establecen vínculos más nutritivos con sus hijos. La anticipación de futuro explica mucho de los comportamientos de niños y adultos.

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