La construcción de la autoestima en el desarrollo evolutivo del niño
Las palabras con que un padre o una madre se refieren a su hijo(a) siembran los elementos para la construcción de la imagen personal de él o ella. Si en esta siembra predominan las descripciones positivas, el niño tendrá una buena imagen personal. Por el contrario, si predomina la crÃtica, esta imagen será negativa. La información recibida en la infancia de las personas que han estado a cargo del cuidado de un niño(a), se almacena en un registro emocional que pasa a formar parte de la programación personal, transformándose en el núcleo más estable de la personalidad.
La forma en que un niño(a) se siente, se comporta y se relaciona con los demás no podrÃan ser explicadas sino se hace referencia al autoconcepto, ya que este explica en forma significativa una parte importante de los rasgos de personalidad que son más estables en los niños. Lo que las personas se dicen a sà mismas sobre sà mismas —es decir, su autodescripción—, orienta no solo la forma en que se perciben, sino que influye poderosamente en la forma en que actúan.
Cuando un niño o niña dice de sà mismo, por ejemplo, que es porfiado o desobediente, posiblemente a usted le será difÃcil de manejar su conducta. Como el niño actuará. en forma oposisionista, los adultos que tienen la responsabilidad de educarlo le criticarán su forma de actuar, comentándole cuán tozudo es, con lo que el niño verá reforzada la idea que es desobediente. En cambio, un niño(a) que se percibe a sà mismo como responsable y trabajador, tenderá a actuar en consecuencia con esta definición que hace de sà mismo. Y por lo tanto recibirá de las personas significativas, comentarios nutritivos acerca de su responsabilidad.
El autoconcepto de un niño o una niña está en constante evolución y es influido por las experiencias positivas o negativas que va teniendo. No obstante, también es cierto que a través del autoconcepto que tiene una persona se filtran y se interpretan las experiencias vividas. Es asà como un niño(a) que tiene una buena imagen de sà mismo podrá superar más fácilmente una situación adversa que un niño(a) que tiene una pobre imagen personal.
Hay algunas vivencias que por su intensidad o significación tienen mayor valor de programación que otras. Son las experiencias positivas o negativas que los adultos recuerdan de su infancia, las que explican en forma importante lo que las personas se dicen de sà mismas. Algunos adultos recuerdan, por ejemplo, con mucha carga emocional experiencias significativas, que han tenido una influencia decisiva en su desarrollo posterior. Estas vivencias están siempre asociadas a un vÃnculo importante con alguien que ha hecho al niño(a) sentirse muy especial, en una experiencia profunda de vinculación y que quedan registradas en la memoria emocional.
Rafael sabÃa que él era muy bueno en lectura y escritura, pero no lo valoraba en forma suficiente. Rafael cuenta que él tenÃa muy poco talento deportivo y que sus padres eran personas para los cuales el deporte era importante. Lo pusieron en un colegio en el cual la destreza fÃsica era también sobrevalorada. Recuerda que a pesar de sus buenas notas, se sentÃa poco valorado y excluido de las conversaciones. Era, decÃa él, «como un patito feo, todos eran estupendos deportistas menos yo y por más que me esforzaba, sentÃa que nunca llenaba las expectativas de mis padres. Todo esto cambió cuando mi profesora de castellano se asombró de todos los libros que habÃa leÃdo y notó que además escribÃa bien. Esta experiencia de que alguien reconociera algún talento en mà fue decisiva en mi seguridad personal. Tuve por primera vez la sensación de que era valioso».
Los ascensos o descensos en la autoestima suelen estar ligados a caracterÃsticas de personalidad individuales, crisis evolutivas o a efectos de situaciones percibidas por el niño o niña como traumáticas. El desarrollo infantil puede producir frustraciones en la autoestima, a pesar de la cual hay valoraciones relativamente estables.
En cada etapa de la vida, para lograr cumplir con los objetivos y tareas que corresponden, es necesario que el niño sienta la confianza y el apoyo de los adultos en sus capacidades. Tal como es indispensable alimentar diariamente a los niños, es necesario retroalimentar positivamente la imagen personal en forma periódica, para que el niño se sienta valioso y querible.
El autoconcepto de un niño o una niña está en constante evolución y es influido por las experiencias positivas o negativas que va teniendo. No obstante, también es cierto que a través del autoconcepto que tiene una persona, de alguna manera se filtran y se interpretan las experiencias vividas.
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Categoría: PsicologÃa y PsiquiatrÃa.
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