Pilares de la autoestima en los niños


Branden (1981) sostiene que la autoestima incluye dos aspectos básicos: el sentimiento de autoeficacia y el sentimiento de ser valioso para sí mismo y para otros. La autovaloración involucra las emociones, los afectos, los valores y la conducta. Si un niño se juzga mal, este juicio configura un autorrechazo, el que además de ser muy doloroso para el yo, es dañino y con mucha frecuencia, induce a conductas autodestructivas y autodescalificadoras. En tanto que si se evalúa positivamente, tendrá una actitud de aceptación que le permitirá tener una disposición constructiva hacia sí mismo.

Según este autor, la autoestima se sustenta en diferentes aspectos, que en la edad adulta se explican por las siguientes variables:

La práctica de vivir conscientemente: Significa intentar ser responsable de nuestras acciones, propósitos, valores y metas, llevando nuestras capacidades al máximo. Comportarse de acuerdo con lo que vemos y conocemos.

La práctica de aceptarse a sí mismo: Es no vivir en permanente confrontación con uno mismo. La autoaceptación es un derecho innato de todo ser humano, es prerracional y premoral, y da la base para iniciar cualquier labor de crecimiento.

Experimentar control sobre la propia vida: Implica asumir la responsabilidad de lo logrado y lo no logrado.

La práctica de la autoafirmación: Significa la disposición a valerse por sí mismo y a tratarse con respeto en todas las relaciones humanas. Equivale a la negativa a falsearse por agradar.

La práctica de vivir con propósito: Es utilizar las facultades con que se cuenta para la consecución de las metas elegidas.

La práctica de la integridad personal: Consiste en ser congruente, integrando ideales, convicciones, normas y creencias.

Estos pilares de la autoestima se construyen paulatinamente a través de las experiencias vividas en los contextos escolares y familiares, y de la forma en que se establece los vínculos en estos ambientes. La autoestima se construye en la interacción con las personas que nos rodean. Si el ambiente estimula y ayuda a conocerse, favorece la aceptación. Al destacar más lo positivo, se desarrollará un sentimiento que permitirá enfrentar la vida con más seguridad y confianza. Minuchin (2008) planteaba en un seminario que la familia le pone al niño los anteojos con los que mirará al mundo.

Pilares de la autoestima en los niños Consejos para Mamá

Los otros son como un espejo, y la imagen que entregan puede gustarnos o no, favorecer o perjudicar la formación de la identidad personal. Si se aprende a acoger a los demás, a aceptar sus características y se está atento a satisfacer las necesidades emocionales de los niños, se estará favoreciendo su desarrollo personal. El sentirse querido hace sentirse querible. No es posible quererse si no se es querido. Es por ello que la falta de amor en la infancia deja como resultado un apego inseguro que marcará con una huella profunda el psiquismo infantil, dificultando la relación consigo mismo y con los otros.

La práctica de vivir conscientemente significa intentar ser responsable de nuestras acciones, propósitos, valores y metas, llevando nuestras capacidades al máximo.

Ayude a su hijo a vivir con propósitos y a sentirse responsable de sus logros

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